"El paraiso"

martes, 24 de febrero de 2009

Soy el abismo oscuro, donde pueden tus sueños emerger.
Clavarse tus miedos en mi vientre, y florecer nuevas e increibles pesadillas.
Fantásticas, atrevidas...¡Deliciosas maravillas!

Busca la llave que se encuentra al final del pasillo, la segunda a la izquierda, con las gambas de madera.
Al girar la manecilla, hallarás el paraiso.

...¿No es hermoso?


Pero no es el paraiso...es tu paraiso.
Tu mente lo ha inventado para mí, yo lo cree para tí.


Puedes quedarte el tiempo que desees.

La eternidad apenas se cuenta en dos segundos.


En este ámbito oscuro no hay dolor, ni sufrimiento. Las lágrimas no existen. Nada.

Aquí no hay nada.


¿Quién ha de querer un paraiso así?


...¿Tan vacía te encuentras? ¿Tan extraña?

Mas no importa, puedes quedarte. Te invito a morir aquí. Es el lugar más agradable del mundo.
Sólo existe el silencio. Sólo existes tú.

Puedes dormir para siempre, soñar para siempre.

Yo haré de tus sueños una realidad. Lo prometo.


Así que...ten cuidado con lo que deseas Alba...





...podría llegar a ser verdad.

"Cerrar mis ojos..."

martes, 17 de febrero de 2009

Voy a contar hasta siete...no puedo contar sólo tres, es muy poco tiempo.
Así que voy a contar hasta siete.
Y cuando abra los ojos tú ya no estarás aquí.

Espero que algún día el sueño termine, y al despertar contemplar tu figura desvanecerse en el aire omnipresente. Desdibujada por el tiempo, así como la imaginé.
Por cuanto tiempo me ha aterrado ver el rostro de tu espalda, el dorso de tus piernas y de tus manos.
La caida de tu cabello.
Tu voz.


Eso me confunde.


Ahora es imposible, lo sé. Mis pies están descalzos y mis piernas se han partido...pero voy a remendarlas, no sufras por eso.
Cuando estén bien prietas, voy a dar dos pasos con cada una, y si con suerte no se rompen, andaré hasta la línea del horizonte infinito.

Porque ya es hora de que me marche, no puedo quedarme aquí contigo.
No es que la habitación sea vacía o fría, es que tú y yo mi amor, ni siquiera tenemos habitación, ni libros, ni besos, ni ojos...ni sueños.

Está tan hueco el vacío que siento que ni quiero rellenarlo.
Eres una enfermedad crónica para mis sentidos.
Ya no quiero pensar, no quiero hablar...
Quiero morir.


Pero no voy a hacerlo.


En vez de eso, voy a contar hasta siete...no puedo contar sólo tres, es muy poco tiempo.
Así que voy a contar hasta siete.
Y cuando abra los ojos tú ya no estarás aquí.

O al menos, eso intentaré creer